El ocio en Roma


Al principio, ocio estaba ubicado dentro de la ciudad (El Foro, los baños termales, el Coliseo). No obstante cuanto más crecía la ciudad se hicieron nuevos lugares en sus afueras. Los nobles construían villas, casas de campos tales como Tivoli, Tusculum y Praeneste entre otras. Los patricios o emperadores poseían su villa de veraneo propia como Centumcellae para el emperador Trajano y la Villa Hadriana para Adriano. El fenómeno continuó extendiéndose hasta formar “una cadena de lugares” destinados al placer o habilitados exclusivamente para el otium: Baias, Cumae, Ostia, Antium, Misenum y Pompeia.
Las casas de campo tenían dos funciones principales:Descanso para el ciudadano y la agricultura como actividad económica. La villa rústica era la construcción dedicada a los trabajos agrícolas, en donde el amo ponía un esclavo que le manejara todos los asuntos en su ausencia. Por otro lado, la villa urbana estaba construida para esparcimiento, ocio y descanso. Se ofrecían todas las comodidades de las que el ciudadano estaba acostumbrado en la ciudad, desde baños, manjares hasta campos para la práctica de deportes, caza y pesca.

Si bien los espectáculos estaban abiertos a gran parte del pueblo, las estructuras y jerarquías sociales eran estrictamente observadas. Usurpar sin querer ocon maldad un lugar destinado a un ciudadano de mayor jerarquía significaba lisa y llanamente una muerte segura.
Dentro de estos espectáculos, organizados por el gobierno para satisfacer a sus ciudadanos, estaban las fiestas organizadas en recintos laicos o religiosos, las fiestas que se organizaban en el foro, en los teatros, en el circo, en el anfiteatro o en las naumaquias (combates navales). Todos estos espectáculos colmaban y regulaban el tiempo de ocio de los habitantes de Roma, los mantenían eternamente atentos a unos actos que se renovaban sin cesar e, incluso en los años de estrechez económica, se las ingeniaron para tener más fiestas y diversiones de las que ningun pueblo, en cualquier época, haya tenido jamás.
Más adelante, en el año 105 a. C. el Estado instituyó los combates de gladiadores. Los designó con el nombre de munus, vocablo que se utilizó a partir de entonces y que expresa su siniestra función de aplacar la ira de los inmortales por medio de sacrificios humanos, y de mitigar con nuevas matanzas la inquietud de los muertos.


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